Paso de la Cina 22 y 23 de Septiembre

andresvw escribió:ya te voy a mandar un mp cuando este terminando de restaurar el otro auto q tiene gas porq kiero hacerme un viajecito para aquellos lares

santiXD escribió:muy buen informe capo veo qe te esmeraste para aserlo !!
y linda pesca macana qe no se les dio en la lagunita pero felicitaciones !!!!!!!!

tinchooo escribió:que pedazo informe pstraso! lastima el clima del agua pero es un rio para pescarlo en verano sin dudas

excelentes fotos!!

andresvw escribió:ya te voy a mandar un mp cuando este terminando de restaurar el otro auto q tiene gas porq kiero hacerme un viajecito para aquellos lares

javier_pupa escribió:Que hermoso lugar, cuantos recuerdos vienen a mi mente, he disfrutado momento inigualables desde terribles sapos hasta hermosssas pescas
Felicitaciones por el informe amigo muy buenas fotos

pstraso escribió:Hola gente: paso a contarles la experiencia por Paso de la Cina, Santiago del Estero.
Sábado 22 de septiembre:
Partimos con mi tío (y compadre) hacia el Río Dulce, previa parada en Ojo de Agua para sacar los permisos de pesca pertinentes ($15 x 2 días y $40 el anual).  No más de 5´para realizar el trámite, y para ser informados que el dorado continúa vedado desde marzo hasta el 30 de octubre ( y a partir de noviembre comienza la veda habitual, así que según la Ley no se puede pescar dorado, más allá que haya gente que lo haga).
Luego, una hora más de viaje y tipo 10 hs llegamos al puente habitual del pesquero.  Ingresamos por un campo del costado pagando una entrada y nos ubicamos 1,5 km aprox río abajo.  Excelentes lugares hay a la vera del río con claros que permiten la pesca de costa, pastito para armar la carpa, y árboles para la sombra, espectacular.  
Tratando de manejar la ansiedad, decidimos tirar de costa, acomodarnos, preparar el bote, y después de almorzar ir  río abajo en busca de peces.  Buscando mojarras con la camaronera, logro sacar una taruchita ya casi muerta debido a cortes en el cuerpo, seguramente por algún bicho mayor.
Justo cuando nos disponíamos a dejar todo listo, se ubica un grupo de unos 6 u 7 “pescadores” a unos 20 metros en otro clarito del monte con la música al palo, a los gritos, cortando toda la calma típica del lugar… en fin.  
A pesar de desconfiar de esas caripelas, como veíamos que traían todo para instalarse, decidimos embarcarnos y salir.
Nos olvidamos el gps, así que no puedo precisar qué distancia recorrimos río abajo.  Fuimos parte en con motor y parte con la misma corriente, parando donde había algún remanso ó algún empalizado.  No obtuvimos ni un solo pique.  Probamos señuelos de todo tipo, boya, a fondo, con carnada (pejerrey, corazón, mojarra, camarón, grasa, carne).  No hubo caso, tampoco se veía movimiento de peces en el agua a pesar de estar completamente retirados de cualquier lugar con gente (vean las fotos) y en lugares espectaculares… pero nada.
Decidimos regresar e instalarnos de costa.  Una media hora de navegar constante hasta llegar a donde estábamos.  Por suerte al llegar, todo en su lugar.
Comenzada la tardecita comenzó algo de pique, donde obtuve  un par de capturas, la primera una tarucha de lindo porte.  Ya de noche, esperábamos obtener algún bagre de buen tamaño pero, sólo sacábamos pequeñísimos ejemplares que daban unos piques espectaculares, pero de unos tamañitos  muy pequeños.  Intenté de todas formas obtener alguna boguita pero nada.  Finalmente, siendo casi medianoche y luego de una semana complicada de laburo, me fui a dormir, y no me enteré de nada  durante la noche.
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Domingo 23 de septiembre:
Amanecer con el sonido de pajaritos (naturales y no del celular) no tiene precio.  Sol a pleno y muuuucho viento.  Nos enteramos que durante la noche, la gente cercana a nosotros obtuvo un par de bagres, una boga y un dorado (que nunca fue devuelto y muy por debajo de la medida mínima), en fin.  Nós, levantamos todo y desistimos de embarcarnos, debido a que el viento era insoportable.  En cambio, decidimos salir del campo y continuar la ruta hacia unos bañados y canales que nos habían comentado y que nunca habíamos ido.  Fuimos, pero el tema era que para llegar a dichos canales y lagunitas, había que mojarse, pasar por barro y plantas (vean las fotos y darán cuenta de lo que digo).  Decidimos llegarnos para conocer y llevar una caña por las dudas (error no equiparnos bien).  Del camino había que entras unos 500  mts a campo travieso entre yuyos y barro con olor a podrido, bajo un sol que partía la tierra y un viento que volaba sombreros.
Llegamos, y mi Dios! Espectacular el lugar, muchos canales, lagunas.  Había bastante gente pescando.  Decidimos continuar costeando un canal hasta una laguna que nos habían recomendado.  Complicado era el acceso debido al barro, los yuyos y a un boyero eléctrico que mi compradre descubre que tenía corriente mientras cruzaba un canal con agua hasta encima de las rodilla y decide tomarse del alambre para no caerse…ja… hombre de campo y no sabe que un alambre solito en medio de la nada, de seguro que tiene electricidad.  
Ya en esta segunda laguna, intentamos buscar la tarucha pero mucho barro y mucho yuyo nos impedían llegar hasta un lugar claro para pescar.  Ideal hubiese sido tener un wader.
Decimos regresar  a la primer lagunita y yo me quedo en uno de los canales para intentar con señuelos.  Con la ranita entienganche luego de insistir un rato, y caminando el canal, en un lance ni bien cae, desaparece la ranita; no se veía.  Esperé unos instantes, y pego el cañaso: no se la ve.  Recogí un par de vueltas, cañazo nuevamente, y se siente la tensión típica cuando se arquea la caña.  Recojo nuevamente, cañazo, y cuando ya está muy cerca logro ver una hermosa y gran tarucha que al momento de levanta bien cerca de mí… suelta el señuelo y sale disparada.   Luego, algunos piques, pero nada cómo el primero.  El viento impedía lanzar con precisión, así que el señuelo caía fuera del agua, ó cuando caía mal, el viento llevaba la tanza muy por fuera, y al momento de recoger se enreda en la vegetación de los costados.
Lamentablemente, cómo sólo íbamos a conocer, no había cargando ningún otro señuelo; apenas una boya grande con anzuelo.  Tampoco habíamos cargado agua, que a esa hora (medidía) se tornaba vital algo fresco.  
Mi compadre, en la primer laguna, logra obtener algunas capturas con boya.  Muchas también, cuando parecían que ya salían, se escapaban frente a nuestras narices.
Ya cansados, sedientos y llenos de picaduras de mosquitos.  Decidimos volver al auto, y emprender el regreso a casa.
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Conclusión: la pesca, no fue de lo mejor en el río; no así en la lagunita, donde se veía gente con muchas piezas y de buen tamaño, lamentablemente, llevándose muchas veces, cantidades exageradas a mi criterio.  Conocimos un nuevo lugar que pinta muy lindo para cuando haya más calor.  El Río Dulce presentaba un gran, gran caudal y nos llamó la atención la mucha, mucha, pero mucha fuerza que traía el agua.  Llamó también nuestra atención, la temperatura del agua: bastante fría.  De allí, suponemos, que deba influír el poco movimiento.  Y lo que más nos llamó la atención, fue que no se hicieron presente los habituales bagres ni doradillos que siempre hacen entretenida la pesca en el lugar.
Pensando que aún hace frío, y de mantenerse el caudal de agua, imaginamos que para noviembre va a estar espectacular el lugar.

Nota: curioso fue que habremos visto pescando entre bañados y el río, unas 60 personas (y me quedo corto, seguro): el único que empleaba señuelos, ERA YO……… ¡¿?!