La leyenda del Roble y el Pescador
+2
adrianpolo99
tinchooo
6 participantes
Página 1 de 1.
La leyenda del Roble y el Pescador
EL ROBLE Y EL PESCADOR
Cuenta la leyenda albanesa que una vez existió un pescador muy pobre, llamado Eduardo, que para mantener a su esposa y a sus cinco hijos, partía todos los días al mar en busca de alimento. Pero la mala fortuna quiso, que durante diez días Eduardo no consiguiera pescar siquiera un pez.
Una mañana, cuando Eduardo se dirigía al mar, se encontró con el rey Julián, que al conocer su historia, decidió ayudarle y le dijo:
-Cada vez que atrapes algo con tus redes, tráelo a palacio. Yo te pagaré su peso en oro.
Ante esta perspectiva, Eduardo salió feliz a la mar, pero para su desesperación, al final del día no había conseguido atrapar nada con sus redes. Triste, regresó a su casa, no sin antes probar suerte por última vez cerca del muelle. Al sacar las redes, lo único que había pescado era una pequeña hoja de roble dañada por el agua. Dio la casualidad de que por allí pasaba un amigo y le animó a ir a palacio con la hoja, ya que era lo único que había atrapado con sus redes. Eduardo, que no tenía nada que perder, se presentó delante del rey. Al verlo, el rey se echó a reír y dijo:
-Esa hoja es tan liviana que ni siquiera moverá la balanza.
Aún así, el rey puso la hoja en el platillo, y ante el asombro de los presentes la balanza reaccionó como si estuviera cargada de plomo. El tesorero comenzó a equilibrar la balanza con monedas de oro. Aquella pequeña hoja de roble pesaba lo mismo que sesenta monedas de oro.
Con ese dinero, Eduardo compró todo lo necesario para su familia y el rey convocó a todos los sabios del reino con la intención de saber cual era el misterio de la hoja de roble. Pero ninguno encontró la respuesta. Ni siquiera Eduardo supo jamás lo que había pasado.
El secreto de la hoja tenía su origen en la infancia de Eduardo. Cuando éste tenía cuatro o cinco años, un labrador había arrancado un pequeño roble que crecía en los límites de su propiedad. Eduardo lo había recogido y lo había plantado en unas tierras sin dueño. Así, el roble había podido continuar viviendo, y encontró la posibilidad de recompensar al pescador por su buena obra.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Cuenta la leyenda albanesa que una vez existió un pescador muy pobre, llamado Eduardo, que para mantener a su esposa y a sus cinco hijos, partía todos los días al mar en busca de alimento. Pero la mala fortuna quiso, que durante diez días Eduardo no consiguiera pescar siquiera un pez.
Una mañana, cuando Eduardo se dirigía al mar, se encontró con el rey Julián, que al conocer su historia, decidió ayudarle y le dijo:
-Cada vez que atrapes algo con tus redes, tráelo a palacio. Yo te pagaré su peso en oro.
Ante esta perspectiva, Eduardo salió feliz a la mar, pero para su desesperación, al final del día no había conseguido atrapar nada con sus redes. Triste, regresó a su casa, no sin antes probar suerte por última vez cerca del muelle. Al sacar las redes, lo único que había pescado era una pequeña hoja de roble dañada por el agua. Dio la casualidad de que por allí pasaba un amigo y le animó a ir a palacio con la hoja, ya que era lo único que había atrapado con sus redes. Eduardo, que no tenía nada que perder, se presentó delante del rey. Al verlo, el rey se echó a reír y dijo:
-Esa hoja es tan liviana que ni siquiera moverá la balanza.
Aún así, el rey puso la hoja en el platillo, y ante el asombro de los presentes la balanza reaccionó como si estuviera cargada de plomo. El tesorero comenzó a equilibrar la balanza con monedas de oro. Aquella pequeña hoja de roble pesaba lo mismo que sesenta monedas de oro.
Con ese dinero, Eduardo compró todo lo necesario para su familia y el rey convocó a todos los sabios del reino con la intención de saber cual era el misterio de la hoja de roble. Pero ninguno encontró la respuesta. Ni siquiera Eduardo supo jamás lo que había pasado.
El secreto de la hoja tenía su origen en la infancia de Eduardo. Cuando éste tenía cuatro o cinco años, un labrador había arrancado un pequeño roble que crecía en los límites de su propiedad. Eduardo lo había recogido y lo había plantado en unas tierras sin dueño. Así, el roble había podido continuar viviendo, y encontró la posibilidad de recompensar al pescador por su buena obra.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
tinchooo- Mensajes : 4252
Edad : 39
Localización : córdoba
Re: La leyenda del Roble y el Pescador
clap clap clap,muy bueno ,asi deberiamos actuar,y comportarnos a diario como Eduardo.Saludos
adrianpolo99- Mensajes : 2324
Edad : 49
Localización : Ciudad de Cordoba
Re: La leyenda del Roble y el Pescador
MUY BUENO TINCHO
José13- Mensajes : 334
Edad : 44
Localización : Córdoba
Re: La leyenda del Roble y el Pescador
que bueno che muy linda historia.
rafita- Mensajes : 2000
Edad : 28
Localización : oncativo
Re: La leyenda del Roble y el Pescador
QUE LINDA HISTORIA , ME SENTI REFLEJADO YO TAMBIEN MUCHAS VECES NO PESCO NADA Y CUANDO PESCO SON RAMAS Y HOJAS
TARUCHO- Mensajes : 1958
Edad : 50
Re: La leyenda del Roble y el Pescador
muy buena historia siempre siempre q hagamos una buena obra de un modo u otro la naturaleza siempre nos recompensa
andresvw- Mensajes : 1990
Edad : 38
Localización : cordoba capital
Temas similares
» Testamento de un pescador
» Bolsillo Pescador!
» Testamento de un pescador
» carnet de pescador
» poema del pescador
» Bolsillo Pescador!
» Testamento de un pescador
» carnet de pescador
» poema del pescador
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.